Sí, incluso aquí tu meta es el cielo, no puedes vivir fuera él ni sustituirlo, nada puede hacerte olvidar la Paz de Dios. Tu pena es buscarlo en un lugar equivocado, jamás lo encontrarás aquí. Perteneces al Cielo y no puedes ser feliz exiliándote de él. Recuerda durante todo el día que tu meta es tu Padre, que tu meta es Dios.