“Permítaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto”. -Esta vez no me choca, eso hago; describir el problema y atajarlo. Y prosigue; crees que tienes muchos problemas, pero el único que tienes es el de la separación y ya está resuelto. Pareces acosado por problemas diferentes que van surgiendo unos según resuelves otros-. La tentación de considerar que los problemas son múltiples es la de dejar el problema de la separación sin resolver”. -Sí, mientras me mantenga distraído en tantas situaciones no repararé en que jamás terminaré de resolverlas todas-.“Nadie podría resolver todos los problemas que el mundo parece tener”. -En efecto, no debo estar al tanto de mi verdadero problema-.

En las sesiones largas me preguntaré; “¿cuál es el problema y cual la solución?”. -Ya he aprendido que no lo conozco, vaciaré mi mente de los problemas que contiene y trataré de reconocer que tal vez sólo tenga uno. Ésa es mi pregunta ¿cuál es el problema? – “Se te dará respuesta, y luego pregunta cuál es su solución, también se te dará”. -Mi única colaboración es poner mínimamente en duda la realidad mi versión de los problemas-.

Entre horas deberé responder con la lección de hoy a cada uno de los problemas que parezcan presentarse. Lo usaré para tratar de reconocer que sólo hay un problema y por tanto una sola solución. No me dejaré engañar, y frente a cada problema me diré: “Permítaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto”. -Lo usaré para suspender con su ayuda los juicios que me asalten y con los ojos cerrados escucharé la respuesta-. “Serás escuchado y se te responderá”. -Palabra de Dios, y yo, me callo-.

Joseluis