Conformarte con menos de un milagro es aceptar lo que te ocurre como un mal menor y tratar se sentirte satisfecho con ello. Esa es tu costumbre y la pauta central de tu vida, pero no es condición del Hijo de Dios carecer de nada o sentirse atacado y tú eres ese. No te conformes con menos de un milagro porque no es tu voluntad ni la de Dios. Revindica hoy tu derecho, aunque todavía no creas en él, tu Padre lo hace por ti.