Mis pensamientos son imágenes que yo mismo he fabricado Me dice que no reconozco la vacuidad de mis pensamientos debido a que los veo como imágenes, por eso no son reales ni mis pensamientos ni lo que veo. “Piensas que los piensas y luego piensas que los ves. Así es como se forjó tu “manera de ver”.” Todo parece una locura, una locura que desde luego me atrae mucho. Esta idea introductoria al proceso de fabricar imágenes que tú llamas ver, seguramente no tendrá mucho significado para ti al principio. Comenzarás a entenderla cuando hayas visto peque­ños bordes de luz alrededor de los mismos objetos que ahora te resultan familiares. Ése es el comienzo de la verdadera visión”.  Me anuncia incluso una manifestación física como resultado del plan de estudio que estoy siguiendo.

Me da las instrucciones para hoy: “Al practicar con la idea, repítela primero para tus aden­tros, y luego aplícala a cualquier cosa que veas a tu alrededor, usando el nombre del objeto en cuestión y dejando descansar tu mirada sobre él mientras dices”: Esta silla es una imagen que yo mismo he fabricado. Esa ventana es una imagen que yo mismo he fabricado. Esa lámpara es una imagen que yo he fabricado… Es tan sencillo este ejercicio que pareciera inútil, y lo hago encantado aunque sin duda es una manera radical de relacionarme con mi entorno, rompedora. Mientras repaso los objetos que me rodean con esta nueva fórmula, algo dentro de mí se alegra, como si rompiera una cadena, desoído una norma que me aprisiona. Parece la puerta a otro mundo, y me alegro que sea eso para mí, que quiero salir de éste. Me alegro que sea sin sangre, sólo contemplando el secreto de su fabricación y pasándolo por alto.

Tres sesiones de práctica me pide hoy, que reparto; antes de la comida y de la cena, como un comprimido con receta médica.

Joseluis