“Un mundo sin significado engendra temor”. Cada día un pasito más y estoy entre perdido y esperanzado. Prosigo leyendo: “Lo que no tiene significado no existe. Sin embargo, de eso no se deduce que tú no puedas pensar que percibes algo sin significado. Por el contrario, eres especialmente propenso a pensar que sí lo percibes”. Eso mismo hago, creer que lo tiene… y mucho.
“Es esencial, por lo tanto, que aprendas a reconocer lo que no tiene significado y a aceptarlo sin temor”. -Y comienzo con el ejercicio-: “Repite la idea de hoy para tus adentros con los ojos cerrados. Luego ábrelos y mira lentamente a tu alrededor mientras dices: Estoy contemplando un mundo que no tiene significado. –Repítela varias veces, me pide y cerrando los ojos concluyo con-: Un mundo que no tiene significado engendra temor porque creo que estoy compitiendo con Dios. Me siento perdido con lo último; compitiendo con Dios ¡Qué barbaridad!
“Sea cual fuere la forma en que se manifieste la resistencia, recuérdate que en realidad tienes miedo de esa clase de pensamiento debido a la “venganza” del “enemigo”. No sé qué es peor, sigo perdido: “No se espera que a estas alturas creas esta afirmación, y probablemente la descartarás por considerarla absurda. Observa cuidadosamente, no obstante, cualquier señal de temor patente o encubierto que dicha afirmación pueda suscitar”. Me gusta desafiar a mi ego que me dice cualquier clase de cosas y seguir adelante, me gusta verme confiado en el Maestro que dirige las lecciones y no en mi criterio y al proseguir repitiendo la frase de hoy: …porque creo que estoy compitiendo con Dios, noto que me conmociona y me alegro, porque tengo comprobado que me ocurre cuando repito, aun sin ganas, ordenes que están ocultas y olvidadas en mi subconsciente. Estoy dando en el clavo.
Joseluis