No te das cuenta, pero pones tu atención en descubrir la culpa de tu hermano y una vez descubierta te regodeas en ella sintiéndote mártir y usándola para chantajearle. Ser testigo de su culpa te impide ver al Cristo en él; el mayor espectáculo del mundo. No dejes que este mundo y lo que te muestra, nuble la visión de Cristo en él.