Te parece increíble escuchar la Voz de Dios, por eso no la oyes, pero está en tu mente, y sabes que es cierto. Desatiende el ruido que te abruma y conéctate con la parte de tu mente donde está la paz y la quietud. Busca Su Voz que añoras y la oirás llamándote.
Te asuntan las voces que escuchas, ninguna es de Dios. Búscala, todo el tiempo te habla. JLM

Gracias infinitas