Eres un extraño aquí, de ahí tu desconcierto, fracasos y desesperanzas. No eres del mundo, no estás hecho para morir ni ver muerte, por eso te espanta. Pero no estás solo aquí, tu Padre no te abandonó en esta travesía incierta que iniciaste, busca Su Voz y déjate guiar por Ella, reencuéntrate con lo que sí eres.