Bendecir frente a las agresiones es una opción que nunca te sugerirá tu ego, pero es la única salida cuerda, cualquier otra responde a tu propia culpa proyectada, pues siempre te encuentras ante el Cristo; el Hijo de Dios disfrazado de tu locura.
Bendecir frente a las agresiones es una opción que nunca te sugerirá tu ego, pero es la única salida cuerda, cualquier otra responde a tu propia culpa proyectada, pues siempre te encuentras ante el Cristo; el Hijo de Dios disfrazado de tu locura.