Dios ama a Su Hijo, no puedes dudarlo, pero vives al margen de ello en este páramo desolado de tu vida, asolado por el miedo. Aun cuando duermes, Él te ama. Su gracia es Su respuesta a tu angustia y está siempre disponible, no importa que no entiendas, solo reclámala, vuelve a Él.