Piensas que Dios te castiga para que aprendas, como correctivo a tus errores, crees que debes evolucionar sufriendo. Desconoces a tu Padre, lo repudiaste para dar espacio a tu suplente, él sí ama el esfuerzo y el sacrificio. Que lo sepas, en Dios no hay crueldad, mira a ver a quien adoras con su nombre.