Fuiste tú quien pensó este mundo de desencuentro y muerte para esconderte de Dios. Él, que supo de tu necesidad de regresar te regaló el perdón, pues con él, lo que no es cierto desparece y así te encuentras de nuevo en Casa.
RECUERDA QUE Tú, que pusiste en el mundo tu propia condena, eres también su salvación. JLM

Gracias, Gracias