Esta frase nos dice que no hay nada en este mundo, por consistente que nos parezca, accidente, vejez, enfermedad… ni razonamiento alguno, que justifiquen la muerte que vemos en los demás y la nuestra propia, porque todo lo que nos rodea es una recreación del pasado, en él vivimos exclusivamente, jamás lo hicimos en el momento presente, al que sólo se accede con el perdón que el instante santo nos procura.
José Luis