Y te preguntas ¿Cómo voy a ser el portador de algo que ni sé, qué palabra es esa? La Palabra de Dios es la que te sostiene, aun en tu sueño lo hace afirmando que eres Su Hijo tan santo y puro como Él. Si la niegas, te niegas. Aprende a vivir desde ahí y compártela para que Su recuerdo aflore a tu memoria.