Padre, estás delante y detrás de mí, a mi lado, allí donde me veo y donde quiera que voy… y yo solo veo cuerpos. Estás en lo que contemplo, en sus sonidos y en cada mano que busca la mía… y yo solo veo cuerpos. Pues lo que rodea a Tu Hijo y mantiene a salvo es el Amor Mismo…y yo solo veo cuerpos. Padre, me asusta mi juego, verme atrapado, sangrando mientas le saco “provecho”. Perdí el norte distraído con lo inexistente, pasa a recogerme que ni moverme puedo.