Reconoce que tienes que ser invulnerable pues tú mismo te tienes por Hijo de Dios. ¿Cómo podrías ser entonces de otra manera? Cuando te sientes atacado debiste olvidar tu Origen porque tus únicos Pensamientos son los que compartes con Él y ellos solo pueden bendecir. Tiene que ser lo que “piensas aparte” lo que te lastima.