Procurarte una paz diferente ha hecho que te perdieras por los márgenes de tu propia mente ¿Cómo si no pudiera perderse el Hijo de Dios? ¿O no lo estás? El Amor de tu Padre te reclama desde tu mismo centro donde colocó Su Llamada. Busca solo su Voz y acaba con tu desconcierto.