“La salvación es mi única función aquí”. -Anteriormente aprendí esto mismo del perdón, por eso comienza diciendo que la salvación y el perdón son lo mismo. Las ilusiones son la opción que tomé, por eso necesito salvarme de ellas-. “El Espíritu Santo contempla impasible lo que ves: tu pecado, dolor y muerte, así como tu aflicción, separación y pérdida, pues Él conoce la verdad: Dios sigue siendo Amor, y lo que ves no es Su Voluntad. Éste es el Pensamiento que salva y perdona, pues no pone su fe en lo que no creado por la única Fuente. Éste es el Pensamiento cuya función es salvar asignándotela a ti. La salvación es tu función, junto con Aquel a Quien se le confió el plan. Ahora se te confía a ti junto con Él. Él tiene una respuesta para todas las ilusiones sin importar forma, tamaño, volumen o los atributos que presenten, y es ésta: La salvación es mi única función aquí. Dios sigue siendo Amor, y esto no es Su Voluntad.
–Me dice que si quiero obrar milagros debo practicar con esta idea percibiendo su fuerza, ahí está mi libertad. El dolor no es la Voluntad de Dios ¿Cómo iba a poder arrasarme? El perdón de esa posibilidad me sacará del sufrimiento-. “Perdona todo pensamiento que se oponga a la verdad de tu compleción, unidad y paz. No puedes perder los regalos de tu Padre. No es tu deseo ser otro ser. No tienes otra función que la suya Dios. Perdónate la que crees haber inventado. Perdona lo que inventaste y te habrás salvado”. -Cada día una esperanza nueva, diferente y fuerte-.
-Cuando me asalte la tentación de creer en cualquier forma de duda o temor recordaré estas palabras- “La salvación es mi única función aquí. Dios sigue siendo Amor, y esto no es Su Voluntad. –Y entre horas-: “La salvación es mi única función aquí”.
Joseluis
Gracias, Gracias