“Dios va conmigo dondequiera que yo voy”. “¿Cómo puedo estar solo si Dios me acompaña o sentirme inseguro si en Él mora la certeza? ¿Cómo puede pertur­barme algo si Él mora en mí en paz absoluta o sufrir, si el amor y la dicha me rodean por Su mediación? No he de abrigar ilusiones sobre mí. Soy perfecto porque Dios va conmigo dondequiera que yo voy”.

            “Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo”. “Hoy no recurriré a mis propios ojos para ver. Quiero estar dis­puesto a dejar de lado la lamentable ilusión de que puedo ver, e intercambiarla por la visión que Dios me da. La visión de Cristo es Su regalo y Él me lo ha dado. Hoy me valdré de él para comprender la eternidad”.

            “Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él”. “Sólo puedo ver lo que Dios quiere que vea. Fuera de Su Voluntad sólo hay ilusiones, y es lo que elijo cuando pienso que puedo ver por mis medios. No obstante, se me ha dado la visión de Cristo para reemplazarlos. Elijo ese medio para ver”.

            “Dios es la luz en la que veo”. “No puedo ver en la oscuridad. Dios es la única luz, si he de ver, tiene que ser con Él. He tratado de definir la vista y me he equivocado. Hoy se me concede entender que Dios es la luz en la que veo. Daré la bien­venida a la visión y al mundo feliz que me mostrará”.

“Dios es la Mente con la que pienso”. “No tengo pensamientos que no comparta con Dios, porque no tengo otra mente que la Suya. Puesto que soy parte de Su Mente mis pensamien­tos son Suyos, y Sus Pensamientos son míos”.

Debo comenzar leyendo las ideas con sus comentarios y practicar con ellas al menos una vez por tres minutos.

Joseluis