Estoy decidido a ver las cosas de otra manera. -Estoy rodeado de signos de enfermedad, desastre y muerte y eso no puede ser la creación de Dios. El hecho de contemplarlo demuestra que no entiendo a Dios ni a su Hijo-. “Lo que veo me muestra que no sé quién soy. Estoy decidido a ver los testigos de la verdad en mí, en vez de aquellos que me mues­tran una ilusión de mí mismo”.

Lo que veo es una forma de venganza”. En efecto, no estoy rodeado de muestras de afecto sino de ataques cruzados. Tengo otra idea de lo que es el amor. “Son mis propios pensamientos de ataque los que dan lugar a este cuadro. Mis pensamientos amo­rosos me librarán de esta percepción del mundo y me brindarán la paz que Dios dispuso que yo tuviese”.

Puedo escaparme de este mundo renunciando a los pensa­mientos de ataque”. “En esto, y sólo en esto, radica la salvación. Si no albergase pensa­mientos de ataque no podría ver un mundo de ataque. A medida que el perdón permita que el amor retorne a mi conciencia, veré un mundo de paz, seguridad y dicha. Y esto es lo que elijo ver, en lugar de lo que ahora contemplo”.

No percibo lo que más me conviene”. -¿Cómo podría hacerlo sino sé quién soy? Lo que juzgo más conveniente no hace sino atarme más al mundo de las ilusiones-. “Estoy dispuesto a seguir al Guía que Dios me ha dado para descubrir qué es lo que más me conviene, reconociendo que no puedo percibirlo por mi cuenta”.

No sé cuál es el propósito de nada”. -Íntimamente lo que quiero es hacer reales mis ilusiones, para ello uso todo lo que pone el mundo a mi alcance. Por eso desconozco su verdadero propósito, el mío ha dado lugar a una imagen aterradora-. Quiero que mi mente se vuelva receptiva al verdadero propósito del mundo renunciando al mío, y descubrir la verdad acerca de él”.

Debo comenzar leyendo las ideas con sus comentarios y practicar con ellas al menos una vez por tres minutos.

Joseluis