“Mis pensamientos sin significado me están mostrando un mundo sin significado”. -Si mis pensamientos conocidos no significan nada, el mundo que los refleja tampoco-. “Lo que da lugar a este mundo es demente, como lo es su el resultado. La realidad no lo es, y yo tengo pen­samientos reales así como dementes. Puedo ver un mundo real, si recurro a mis pensamientos reales”.

“Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene signi­ficado”. Vivo perturbado porque mi mundo está regido por el caos. “No puedo vivir en paz en un mundo así. Estoy agradecido de que no sea real, y de que no necesite verlo en absoluto, a menos que yo mismo elija darle valor. Elijo no otorgarle valor a lo que es comple­tamente demente y no tiene significado”.

“Un mundo sin significado engendra temor”. -Porque es totalmente demente y no es de fiar. Al no ofrece seguridad ni esperanza no puede ser real-. “Le he conferido la ilusión de realidad y he sufrido por ello. Elijo ahora dejar de creer en él y depositar mi con­fianza en la realidad. Al hacerlo, me escaparé de todos los efectos del mundo del miedo porque estaré reconociendo que no existe”.

“Dios no creó un mundo sin significado”. Y por tanto no puede existir. “Él es la Fuente de todo significado y todo lo real está en Su Mente. Está en mi mente también porque Él lo creó conmigo. ¿Por qué seguir sufriendo por mis pensamientos dementes cuando la perfección de la creación es mi hogar? Quiero recordar el poder de mi decisión y reconocer mi verdadera morada”.

“Mis pensamientos son imágenes que yo mismo he fabri­cado”. -Sólo veo mis propios pensamientos, ellos me dicen dónde estoy y quién soy. Cuando veo un mundo doliente, pérdidas y muerte, son mis pensamientos dementes mis guías-. “Pero el camino de Dios es seguro. Mis imágenes no pue­den prevalecer contra Él porque no es mi voluntad. Mi voluntad es la Suya, y no antepondré otros dioses a Él”.

Debo comenzar leyendo las ideas con sus comentarios y practicar con ellas al menos una vez por tres minutos.

Joseluis