“Cristo y yo nos encontramos unidos en paz y seguros de nuestro propósito. Su Creador reside en él, tal como Él reside en mí.” -Con los días del año también se acaban las palabras. Parece como si sólo debiera recordar lo imprescindible, como si la verdad se definiera y fuera cada vez más corta y clara-. “Cristo y yo nos encontramos unidos en paz y seguros de nuestro propósito”. -Me pide Jesús que repita hoy esta frase como él mismo hizo en su tiempo. Cada mañana y cada noche me propongo seguir sus pasos y ahora toca cambiar mi nombre. Hoy comienzo a llamarme José Luis Cristo… y aún no me reconozco. Tendré que acostumbrarme, cambiar mi firma, mis tarjetas, mirarme de ese modo, se está agotando el tiempo-.
Y continua la lección: “Su Creador reside en él, tal como Él reside en mí.” No me queda otra que llevar su nombre como mi apellido. Él vive conmigo, la vida que vivo es la Suya y Él la tomó del Padre. Su propio nombre se lo dio Él y ahora es el mío. ¡… y tanto superfluo debo dejar aún atrás para reconocerme! Hoy me cambio el nombre y conmigo, el de todos los que me rodean.
“Mi unidad con el Cristo me establece como Tu Hijo, más allá del alcance del tiempo y libre de toda ley, salvo de la Tuya. No tengo otro ser que el Cristo que vive en mí. No tengo otro propósito que el Suyo. Y Él es como Su Padre. Por lo tanto, no puedo sino ser uno Contigo, así como con Él. Pues, ¿quién es Cristo sino Tu Hijo tal como Tú lo creaste? ¿Y qué soy yo sino el Cristo en mí?”– Hoy me cambio el nombre, el antiguo me confunde. Definitivamente, hoy me cambio el nombre-.
José Luis Cristo
El Cristo en mi se despierta dulcemente para percibirlo en ti . Juntos descansamos en la paz de Dios. Gracias jlmCisto.
Me encanta Gracias, Gracias