“Hoy dejo que la visión de Cristo contemple todas las cosas por mí, y que en lugar de juzgarlas, les conceda a cada una un milagro de amor”. Hoy me invita a que me dé de baja de todas mis actividades mentales y deje paso a la visión de Cristo en mí. Apenas encuentro resistencia, es un movimiento que vengo practicando aisladamente. Me siento preparado para aceptar todo el día el regalo de la visión que Cristo y ver sanar mi mundo. Cristo no ve culpa ni límites y frente a Su visión todo sana y recupera su frescura. Ése es el mecanismo de los milagros. Hoy veré por fin los milagros surgir para cada situación que se me presente. Hoy abandono lo que me enseñé a mí mismo sobre el funcionamiento del mundo y sus leyes, permitiendo que la visión de Cristo corrija mi propio mundo aprisionado. Hoy será el día de la facilidad, hoy seré libre.
“Así quiero liberar todas las cosas que veo; concediéndoles la libertad que busco. De esta manera obedezco la ley del amor, dando lo que quiero encontrar y hacer mío. Ello se me dará, porque lo he elegido como el regalo que quiero dar. Padre, Tus regalos son míos. Cada regalo que acepto me concede un milagro que puedo dar. Y al dar tal como quiero recibir, comprendo que Tus milagros de curación me pertenecen.
“Nuestro Padre conoce nuestras necesidades, y nos concede la gracia para satisfacerlas todas. Y así, confiamos en que Él nos enviará milagros para bendecir al mundo y sanar nuestras mentes según regresamos a Él”. -Gracias Jesús, sostén mi decisión-.
joseluis