“Sigo el camino que se me ha señalado”. La corrección para mi creencia de caminar a ciegas. Al corregir mi creencia, corrijo mi trayectoria, porque no es sino mi propia proyección la que doy por cierta y vivo, de ahí la importancia de corregir sólo mi mente. Esta frase lo hace. Desautoriza mi parte “cabal” que quiere hacer algo más, esforzarse. Esta idea sostiene que el final está dado; la salvación. Lo único escrito es el final. El tiempo, como invento mío, me permite jugar a retrasarlo, nada más. “Tengo una misión especial que cumplir, un papel que sólo yo puedo desempeñar”. -Escucho atento- “La salvación espera hasta que yo elija asumir ese papel como mi único objetivo”. -Es fácil elegirlo en caliente, lo que me cuesta es soltar los apegos, incluso algunos con apariencia de santidad, cuidar a mis seres queridos, salvar al mundo…que parece que se me solicita. Dividido estoy, y por eso, parado-.
“Hasta que no tome esa decisión, seré un esclavo del tiempo y del destino humano”. -En el llanto quedo- “Pero cuando por mi propia voluntad y de buen grado vaya por el camino que el plan de mi Padre me ha señalado, reconoceré que la salvación ha llegado, que se les ha concedido a mis hermanos y a mí junto con ellos”. -No sé por dónde empezar, pero voy-.
“Padre, Tu camino es el que elijo seguir hoy. Allí donde me conduce, es donde elijo ir, y lo que quiere que haga, es lo que elijo hacer. Tu camino es seguro y el final está garantizado. Allí me aguarda Tu recuerdo. Y todos mis pesares desaparecerán en Tu abrazo, tal como le prometiste a Tu Hijo, quien pensó erróneamente que se había alejado de la segura protección de Tus amorosos Brazos”. -Hoy no cuestionaré tampoco ninguna de tus palabras-.
Joseluis
Gracias, Gracias Gracias