“La sanadora Voz de Dios protege hoy todas las cosas”. Me gusta escuchar estas buenas noticias por la mañana, aunque todavía sostenga mi mente el clamor del conflicto y de la pugna. Y prosigo.

“Escuchemos hoy a la Voz que habla por Dios, la cual nos habla de una lección ancestral que es tan cierta hoy como siempre lo fue. Sin embargo, este día ha sido seleccionado como aquel en el que hemos de buscar y oír, aprender y entender”. -Sí, hoy es el día- “Escuchemos juntos, pues lo que nos dice la Voz que habla por Dios no lo podemos entender por nuestra cuenta, ni aprenderlo estando separados”. -Entiendo que me hablará mostrándome una faceta desconocida y amable de la situación que me envuelve- “En esto reside la protección de todas las cosas. -En ver la transformación que me trae una interpretación diferente de las cosas que me agreden. Una visión que no está a mi alcance, que no puedo conseguir por mis propias fuerzas- Y en esto se encuentra la curación que brinda la Voz que habla por Dios”. En un nuevo mundo transformado por la interpretación que la Voz de Dios hace de mi locura. Una interpretación que me aleja de la culpa y nos libra del castigo a todos-

            “Tu sanadora Voz protege hoy todas las cosas, por lo tanto, dejo todo en Tus Manos. No tengo que estar ansioso por nada. Pues Tu Voz me indicará lo que tengo que hacer y adónde debo ir, con quién debo hablar y qué debo decirle, qué pensamientos debo albergar y qué palabras trans­mitirle al mundo. La seguridad que ofrezco me es dada a mí. Padre, Tu Voz protege todas las cosas a través de mí. -Qué me lo aprenda, qué me lo aprenda, es mi única necesidad hoy-

Joseluis