¿Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios? ¿Será por eso que ando vagabundeando de un lado a otro? Sin embargo, después prepararé el desayuno de mi hija y mío y quedaré satisfecho, me asearé, me vestiré, la llevaré al colegio y quedaré satisfecho… o me parecerá. Algunas ilusiones sí parecen satisfacerme, pero sólo si no las analizo. Son metas para suplir las insuficiencias que presentan las propias ilusiones materializadas en lo físico. No es tan fácil soltarlas. Mi cuerpo mismo es una ilusión. ¿Qué hacer? Aparentan ser mi vida, mi mala vida, sí, pero no conozco otra. Tal vez me falte la verdad, tal vez me olvidé de ella y ande vagabundeando.

            “Padre, la verdad me pertenece”. -Yo tengo que ser verdad- “Mi hogar se estableció en el Cielo mediante tu voluntad y la mía”. -Así debió ser, pero no lo recuerdo. Perdido estoy- “¿Podrían contentarme los sueños?” -Sólo me distraen por un rato, la verdad- “¿Podrían brindarme felicidad las ilusiones?” -Espejismos de felicidad son, proyectos banales que acaban y por tanto fracasos- “¿Qué otra cosa sino Tu recuerdo podría satisfacer a Tu Hijo?” -Sí, hay un eco en mi mente que lo reconoce- “No me contentaré con menos de lo que Tú me has dado.” -No lo estoy, puedo buscar ahí- “Tu Amor, por siempre dulce y sereno, me rodea y me mantiene a salvo eternamente”. –Eso es lo que busco- “El Hijo de Dios no puede sino ser tal como Tú lo creaste”. -Me quedo con esto-

            “Hoy dejo atrás las ilusiones. Y si oigo a la tentación llamarme e invitarme a que me entretenga con un sueño, me haré a un lado y me preguntaré si yo, el Hijos de Dios, podría contentarme con sueños cuando puedo ele­gir el Cielo con la misma facilidad que el infierno. Y el amor reemplazará gustosamente todo temor”. -Para no volver a vagabundear-.

joseluis