“Mi santo Ser mora en ti, Hijo de Dios”. -La frase me desconcierta, parece como si se refiriera a mí, pero no estoy seguro y busco aclaración-; “Padre, mediste todos Tus Hijos para que fuesen mis salvadores y mis consejeros de visión; los heraldos de Tu santa Voz”. –Comprendo que es una frase dicha por mí, dirigida a cada uno de mis hermanos-. “En ellos Tú te ves reflejado y en ellos Cristo me contempla desde mi Ser”. -Mis hermanos son los portadores de mi verdadero y único Ser, sus depositarios en mi ausencia de mí mismo. La frase de hoy es un reconocimiento de esto-.“Mi santo Ser mora en ti, Hijo de Dios”. -Y se lo digo a cada una de las personas que viene a mi mente, amigas o enemigas y mientras las igualo con esta frase me voy tranquilizando-.

Es una perspectiva nueva, otra forma de disolver miedos, otra forma de acabar con mis enemigos, otra forma de alcanzar la paz, otra forma de recordar quien soy; No permitas que me se olvide de Tu santo Nombre. No permitas que me olvide de mi santo Origen. No permitas que me olvide de que mi nombre es el Tuyo”. -No permitas Padre que siga perdido-.

“En este día entramos al paraíso” – escucho decir a Jesús-, “invocando el Nombre de Dios y el nuestro, reconociendo nuestro Ser en cada uno de nosotros y unidos en el santo Amor de Dios. ¡Cuántos salvadores nos ha dado Dios! ¿Cómo podríamos perdernos en nuestro trayecto hacia Él, cuando Él ha poblado el mundo con aquellos que seña­lan hacia Él, y nos ha dado la vista para poder contemplarlos?” -Ayúdame a mantener esto presente y a escapar de los juicios y las diferencias artificiales que me brindan. Ahí está mi paz-.

Joseluis