“Elijo pasar este día en perfecta paz”. -Ésa es hoy mi elección… y la de todos los días. Siempre escucho voces en contra; -la paz es un aburrimiento, mejor que todo te salga bien- y tengo que recordarme que la paz se caracteriza por la dicha, no importa entonces como salgan las cosas; elijo la paz. O esta otra; -¡si fuera tan fácil!, decidirlo sin esforzarte en nada-. Siento el acoso de mi incredulidad-. “No me parece que pueda elegir experimentar únicamente paz hoy”. -Cierto, y sostener este pensamiento es lo que hace que mi día no sea espléndido-. “Sin embargo, mi Dios me asegura que Su Hijo es como Él”. -Se trata de que esta idea tenga más peso que las anteriores que la contradicen-.
Padre, ayúdame con esto y “Que pueda hoy tener fe en Aquel que afirma que soy el Hijo de Dios. Y que la paz que hoy elijo experimentar dé fe de la verdad de Sus Palabras”. -Qué no de crédito ninguna otra voz que me intranquilice-. “El Hijo de Dios no puede sino estar libre de preocupaciones y morar eternamente en la paz del Cielo”. -Qué me lo aprenda Padre, qué me lo aprenda-. “En Nombre Suyo, consagro este día a encontrar lo que la Voluntad de mi Padre ha dispuesto para mí, a aceptarlo como propio y a concedérselo a todos Sus Hijos, incluido yo”. -Qué esté atento a las tentaciones que la amenazan, para sostener sólo mi propósito de hoy-.
La paz de Dios que supera todo razonar, eso es lo que Su Voluntad dispone para mí hoy, de este modo mis metas particulares se vuelven insignificantes. “Así es como deseo pasar este día Contigo, Padre mío. Tu Hijo no Te ha olvidado. La paz que le otorgaste sigue estando en su mente, y es ahí donde elijo pasar este día. -Qué acabe aprendiéndomelo-.
joseluis
Muchas gracias