“Qué no vea ninguna limitación en mí”. Desde que leí esto supe que hoy era un día para cambiar de juego. Hace tiempo aprendí que “jugando” podía acercarme más fácilmente al Curso. El mundo no tiene consideración con “frivolidades” como la de hoy. Se pagan caro, aquí jugamos a morirnos y las reglas; rodearnos de límites hasta conseguirlo. No hay tregua ni comodines. Hoy, como jugando, voy a cambiar de juego. Hoy no voy a considerar mis limitaciones. Jugar a esto, si me lo propongo en serio, me hará ver las situaciones que normalmente me atrapan, como sustos sin fundamento desaparece y dejar paso franco al gozo de sentirte acompañado y protegido.“Qué no vea ninguna limitación en mí”. -Es la regla del juego y mi condición para hoy-.

A sí comienzo; Permítaseme contemplar al Hijo de Dios hoy y ser un testigo de su gloria”. -Nada más eso; testigo de su gloria. Hoy no quiero ves las dificultades con las que se presenta, ni sus límites. Lo que veré en su lugar me lo brindará el propio juego. En cada caso una forma diferente de manifestar su gloria. No es falta de solidaridad, que se calle mi ego, sólo estoy jugando-. “Y que no trate de empañar la santa luz que mora en él y ver su fuerza menoscabada y reducida a la fragilidad; que no perciba en él las deficiencias con las que atacaría su soberanía”. -De este modo hoy suspendo los límites nefandos del otro juego de muerte que convinimos-.

            “Él es Tu Hijo, Padre mío. Y hoy quiero contemplar su ternura en lugar de mis ilusiones. Él es lo que yo soy, y tal como lo vea a él, me veré a mí mismo. Hoy quiero ver verdaderamente, para que en este mismo día pueda por fin identificarme con él”. -Éste es el comodín del que dispongo para desactivar los límites y las amenazas. Se puede usar siempre, con su uso se refuerza-.

joseluis