“No estoy en peligro en ningún lugar del mundo”. ¡Qué recordatorio más oportuno! Tan amenazado como vivo por, enfermedades, accidentes, infidelidades… La presencia de dolor en mi vida no es otra cosa que la consecuencia de haber caído en la tentación de pensar que el peligro era real. Parece un bucle y eso es lo que es, un bucle que se autoalimenta. Presupone la existencia de algo más, contrario y diferente de la Voluntad de mi Padre. Ése es su único cimiento; la ilusión y el auto-engaño. Me sé la teoría. Me vengo abajo sólo al recordar que todo es cosa mía.
Tu Hijo está a salvo dondequiera que se encuentre porque Tú estás allí con él. -Ésta es la única verdad. Debo recordarlo cada vez que el miedo venga con su amenaza. Sólo es humo sin mi acuerdo-.“Sólo con que invoque Tu Nombre recordaré su seguridad y Tu Amor, pues éstos son uno”. –Tu nombre, si lo repito, tiene el poder de sacarme de la tentación; Padre, Padre, Padre-. “¿Cómo puedo temer, dudar o no darme cuenta de que es imposible que pueda sufrir, estar en peligro o ser infeliz cuando te pertenezco, soy bienamado y amoroso, y estoy por siempre a salvo en Tu Paternal abrazo?” –Sácame de mi propio sueño donde sólo eso es posible.
Escucho a Jesús: “Y ahí es en verdad donde nos encontramos”. -Sí, en la total seguridad, aunque soñando pesadillas-. “No hay tormenta que pueda venir a azotar el santuario de nuestro hogar”. -Si mantengo la calma, calma tengo-. “En Dios estamos a salvo, pues, ¿qué podría suponer una amenaza para Dios, o venir a asustar a lo que por siempre ha de ser parte de Él?” -Ayúdame hermano, a sostener mi confianza como sostuviste la tuya-.
joseluis