“El amor es el camino que recorro con gratitud”. -Esta frase me parece incomprensible ¿Qué tengo que agradecer si a lo más que llego es a conformarme porque otros están peor? ¿Agradezco las migajas que me caen? – Es absurdo dar gracias por el sufrimiento”. -Me contesta comprendiéndome- “Mas es igualmente absurdo no estarle agradecido a Uno que te ofrece los medios por los cuales todo dolor se cura y todo sufrimiento queda reempla­zado por la risa y la felicidad”. -No debo estar agradecido por mi estado, sino por la paz que me ofrece para salir definitivamente de la muerte-.

Ya entiendo, pero aún me queda lejos. Da gracias a Dios nuestro Padre, me apoya Jesús, porque todas las cosas encontrarán su libertad en nosotros. “Le damos gracias a nuestro Padre sólo por esto: que no estamos separados de ninguna cosa viviente, y, por lo tanto, somos uno con Él”. -O le doy gracias por todo lo que vive o no estoy haciendo nada. No debo hacer distinciones con nada y me habla del perdón ¿cómo no? -; “Cuando tu perdón sea total tu gratitud lo será también”.

“Aprende a pensar con gratitud en lugar de con ira”. -Esta frase toca los cimientos de mi miedo y me gusta el cambio que me propone-. “Se te he dado todo”, -continúa, negarte a reconocerlo no justifica tu amargura ni la percepción que tienes de sentirte hostigado y maltratado. Y así-, “La gratitud se convierte en el único pensamiento con que sustituyes estas percepciones descabelladas. Dios ha cuidado de ti y te llama Su Hijo. ¿Puede haber algo más grande que eso?”. -Y por fin se abre un silencio sin ira y puedo sentir mi gratitud, dulce como la miel-. “Ella allanará el camino que te conduce hasta Él y acortará el tiempo de aprendizaje”. -Y de nuevo la gratitud…-

Joseluis