“Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que yo aprenda”. -No puedo evitar que mi mente recuerde el sufrimiento que soporto cuando aprendo mis lecciones ni el castigo que conlleva no hacerlo… y me pongo nuevamente a temblar-. “El aprendizaje es algo que le es ajeno a Dios”. -Entonces?- “Su Voluntad dispone que la felicidad que Su Hijo heredó permanezca incólume, sea perpetua y por siempre en aumento…” –Menos lo entiendo. Hasta ahora mis lecciones aprendidas eran resentimientos acumulados, cuentas pendientes, faltas de perdón. Por eso hoy me propone un nuevo modo de aprender, frente a cada resentimiento diré-: “Perdonaré, y veré esto de otra forma”.
Parecen muchas las manifestaciones del mal, pero me dice que sólo es uno el problema; la falta de perdón de las ilusiones que me acosan. Por eso sólo esto: “Perdonaré, y veré esto de otra forma”. -Y apostilla-: “Estas palabras te dan poder sobre todos los acontecimientos que parecen controlarte”. -Y pongo rodilla en tierra-. “Dios no quiere que sigas sufriendo de esta manera”. -Y si algo me aproxima a mi Padre es esta frase preciosa. Me calmo y me siento seguro. Tengo un poderoso aliado-. “Deja que la misericordia llegue a ti cuanto antes”.
Me pide que hoy y en adelante practique con el perdón como se me indique aplicándola a cada acontecimiento que reserve para resolverlo por mi cuenta: “Perdonaré, y veré esto de otra forma”. -Y si reincide; repetiré-. “Repite estas palabras ante toda aprensión, preocupación o sufrimiento”. -Es la llave que me ofrece para abrir las puertas del Cielo y que el Amor del Padre llegue por fin hasta mí. Y me promete más-: “Dios mismo dará el paso final”. -Aquí me quedo-.
Joseluis