“Deseo el júbilo de Dios al dolor”. -Una cosa tan sencilla y al parecer ahí estoy atascado y prosigue-: “El dolor no es un hecho en absoluto”-Pues proclama la crueldad de Dios al abandonar a Su Hijo a su mala suerte.– “Es un testigo de los errores del Hijo con respecto a sí mismo” -¿Cómo puede ser?- “Si Dios es real, el dolor no existe. Mas si el dolor es real, entonces es Dios quien no existe”. -Ya no me atrevo a sostener la consistencia del dolor como antes-. “No hay nada en este mundo capaz de enfermarte, entristecerte o debilitarte”. -Y continúa diciéndome que puedo controlar lo que me duele sólo reconociendo lo que soy-.
Y como en mi oído escucho: “Santo hermano mío, piensa en esto por un momento: el mundo que ves no hace nada. No tiene efectos. No es otra cosa que la representación de tus pensamientos. Y será completamente distinto cuando elijas cambiar de parecer y decidas que lo que realmente deseas es el júbilo de Dios”. -Sostén mi mano mientras lo hago. Tira de mí. Repíteme tus palabras que no vuelva a perderme. Cierro mis ojos y despido mis penas diciendo-:“Deseo el júbilo de Dios al dolor”. -Frente a mis soledades, a mis traiciones, a mis enfermedades, a mis carencias…-:“Deseo el júbilo de Dios al dolor”. -Frente al dolor que veo fuera-:“Deseo el júbilo de Dios al dolor”. -Esta vez sí, de tú mano-. “Rinde tus armas, y ven sin defensas al sereno lugar donde por fin la paz del Cielo envuelve todas las cosas en la quietud”.
Hoy vivo una amanecida nueva porque estoy aprendiendo que el dolor es una ilusión y el júbilo real, que el dolor es dormir y el júbilo despertar. –“El dolor es un engaño y sólo el júbilo es verdad”. -Y siento la gratitud hacia mi Maestro por la oportunidad de elegir de nuevo-.
Joseluis