“La paz de Dios refulge en mí ahora”. – ¿Ahora? Y veo mis resentimientos tan pegados que creo que forman parte de mí. Y su resolución pospuesta…-. “¿Por qué esperar al cielo? -Me responde- “Los que Buscan la luz simplemente se están cubriendo los ojos”. -¡Ay madre! Y me pone en los cascos de los caballos-. “La iluminación es simplemente un reconocimiento, no un cambio”. -Qué corto me lo explica, qué fácil me lo pone, pero sigo en el desconcierto-.
“La luz es algo ajeno al mundo, y tú en quien mora eres así mismo un extraño aquí”. -Esto último me suena- “La luz vio contigo desde tu hogar y permaneció contigo, pues es tuya”. – Y no se puede perder me asegura. Me rindo ¡Tiene que ser así! -“La paz de Dios refulge en mí ahora”. -Me repite y la hago mía. Me asegura que elimina lo efímero y lo que carece de valor cuando lo contemplo desde ella. Me reconforta de la fatiga e ilumina lo que veo según pasa de largo. La necesito Padre ¿Cómo acceder a ella? –
“Siéntate en silencio y cierra los ojos. La luz en tu interior es suficiente”. -Nada más me pide- y continúa: Ella te mostrará tus pensamientos honestos, y se convertirán en tus guías, en los santos mensajeros de Dios-. “Éstos son los pensamientos que piensas con Dios, ellos conocen su hogar”-… y te conducirán hasta él, acaba diciéndome-.
-Para mis prácticas me pide silencio y que la tome rienda de mis pensamientos cotidianos, armonizándolos con los pensamientos que comparto con Dios, los traiciono cuando lucho contra ellos. Me pongo a la obra mientras digo-: La paz de Dios refulge en mí ahora. Que todas las cosas refuljan sobre mí en esa paz, y que yo las bendiga con la luz que mora en mí”. -Para siempre ya-.
joseluis
Y en ti con quién comparto la filiación….
Mi paz …tu paz
Bendecido día santo hermano