“De mí depende la salvación del mundo”. -Siempre me he estrellado con esta frase, porque rompe sin contemplaciones la imagen menguada y limitada que tengo de mí. Y define mi reacción así-: “Es el orgullo el que se niega a responder a la llamada del Propio Dios”. -¡Encima es orgullo! De nuevo desarbolado-. Tú, a diferencia de la imagen que tienes de ti, no eres débil. -Ignorante ni impotente, continúa, y la mala opinión que tienes de ti no puede cambiar en absoluto las capacidades que Dios te dio. De este modo me devuelve a la racionalidad de cada día-. “La salvación del mundo depende de ti y no de ese montón de polvo”. -Eso es lo que creo que soy un montón de polvo. ¿Que hago?-
Haz lo que la Voz te indique. Y si te pide algo que parece imposible, recuerda Quien es el que te lo pide y quien el que quiere negarse. -Me tiemblan las piernas cuando pienso que debo salirme de mi papel. Si fracaso en lo poco ¿Qué haré con tanto?- Hay una manera, de liberarte del encarcelamiento al que te ha llevado tu plan de probar que lo falso es verdadero. Aceptar en su lugar el plan que tú no trazaste. -Y me digo a mí mismo; de mí depende la salvación del mundo-.
“Él tiene Pensamientos que satisfacen cualquier necesidad que Su Hijo perciba”. -Me tranquiliza-. “El Amor sólo puede dar y lo que da se manifiesta en la forma más útil posible en un mundo de formas”. -Estoy expectante. Continúa diciéndome que sus formas no fallaran porque proceden de la Amorfía-. El perdón es una forma terrenal de amor, que, no tiene forma en el Cielo. -La palanca para abrir las puertas que cerré en mi locura de desconocerme. No sé cómo haré-. La salvación del mundo depende de ti que puedes perdonar. -Pero esta vez no lo voy a contradecir-.
joseluis