Jesús habla: “Libérame mientras practicas una vez más los pensamientos que te he traído de Aquel que ve tu extrema necesidad, y que conoce la respuesta que Dios te ha dado”. -Y de su mano prosigo-: “Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”. -Nuevamente esta consigna mientras me pregunto ¿serán ya suficientes las veces? -Siempre hay un descreído conmigo-. Tengo que acostumbrarme y reconocer esa otra voz como la extraña; yo soy sólo amor y el amor no duda-.
“Por la gracia vivo. Por la gracia soy liberado”. -La gracia como manifestación del Amor. Por tanto, mi único sustento y materia prima a la vez-. “Por la gracia vivo. Por la gracia soy liberado”. -No tengo nada más que entender, y tras cada repetición escucho desde un rincón de mi mente: Sí, es cierto, Sí, es cierto… y se acaban mi soledad y mis preguntas-.
“Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”. -Esta frase es una goma para borrar mi mundo. Es un modo de difuminarlo. Es cuando la repito que pierde consistencia y credibilidad. Prosigo como una noria sacando agua del pozo, trasladando mi atención de lugar; de la ilusión a la verdad, a cantaros, y me voy poniendo contento-.
“En Dios no hay crueldad ni en mí tampoco”. El cruel en mí no tiene quien le escriba. Nadie le reconoce, ni le da cobertura ni alimento. Sólo yo hablo de él, -mi amigo imaginario- como en un monologo conmigo mismo. – ¿Tal vez esté loco? Sí, loco pedido- “En Dios no hay crueldad ni en mí tampoco”. -Y vuelvo a sintonizarme-.
“Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”. Un día, tal vez hoy mismo, ya no escucharé otra sintonía que ésta y me parecerá extraño haber prestado atención a otros asuntos.
joseluis.
Gracias Jose Luis por ayudarme a encontrar el reino de Dios y su amor infinito!!! Es un privilegio muy grande recibir tus mensajes de luz.
Pero sigo teniendo dificultad al ver la crueldad que viven los más necesitados…