“Padre nuestro… Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y rapidez hacia Ti”.-Preparo mi mente con esta oración y comienzo-“Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”. -Mientras me la recito, se me presentan secuencias que la contradicen y parece que sólo estas son reales. Me gusta como esta frase y su contenido me arranca del pesimismo si se lo permito. Y desde ahí, contemplar toda esta vida como una gran pesadilla-.

            “Que mi mente no niegue el Pensamiento de Dios”. -La amabilidad del pensamiento de Dios es incompatible con los problemas, las amenazas y la muerte que parece rodearme. Que mi mente no se concentre en ellos, pues al hacerlo niego Su Pensamiento y las salidas amables que me brinda en cada caso-“Que mi mente no niegue el Pensamiento de Dios”.-Frente a lo que me asusta-.

            “Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”. -Me siento necesitado de estas píldoras de cordura que me arrancan de mi desconcierto. Sólo mi naturaleza amorosa es real y nada de lo que doy como cierto lo es.  Sólo a eso daré importancia y desde allí partiré siempre-.

“Se me han confiado los dones de Dios”. -Me quedo en un vacío ¿será de ese modo? Si me he olvidado de quien soy ¿cómo voy a reconocer estos dones? Y como el que camina a ciegas, pero que se sabe guiado, repito hasta aprendérmelo-:“Se me han confiado los dones de Dios”. -Y ya-.

“Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”. -Y vuelta. Como un albañil sobre un muro me siento construyéndome una nueva casa con estos ladrillos; Yo soy únicamente Amor. Uno a uno, todos iguales, sólidos esta vez, consistentes, mientras voy elevándome sobre mis antiguas creencias de debilidad e insuficiencia-.

Joseluis