“Tu gracia me es dada. La reclamo ahora”. -La gracia, que palabra tan lejana, pero empieza hablándome de Dios-: “Dios nos habla. ¿No deberíamos hablarle a Él?” -Agradezco que traiga esa realidad a mi mente-: “Él siempre está enteramente accesible” -Toda una invitación para que hoy gire mi mirada hasta Él-. “Si supieras el significado de Su Amor, tanto la esperanza como la desesperación serían imposibles”. -Sí, he de desconocer el Amor, pues mi vida va entre la esperanza y la desesperanza. Ésta es mi locura-.

Conecto mal con la palabra gracia, demasiada tradición rancia y en desuso me recuerda. Hoy leo una definición clara que me rescata de ese pasado insignificante con el que convivía: “Su gracia es Su respuesta para toda desesperación, pues en ella radica el recuerdo de su Amor”. -Gracias, necesitaba esa aclaración. Y sigue-: “.. es más que una simple respuesta, pues restaura todas las memorias que la mente que duerme había olvidado y toda la certeza acerca del significado de Amor”. -Resulta que sólo tengo una necesidad: Su gracia. ¿Qué hago?- “ Su gracia es tuya sólo con que la reconozcas”. -Ya estoy en condiciones de hacerlo.-  “Y Su memoria despertará en la mente que le pida los medios a través de los cuales su sueño termina”. -Pedirla, de nuevo me dice-.

Y prosigue: “Reconoce tus errores, pero Aquel que no sabe de errores es Quien ha de responder a ellos, proporcionándote los medios para dejarlos atrás y elevarnos hasta Él con gratitud y amor”. -Ése es el camino completo. Ahora sé que cuando pida la gracia, no pido que se resuelvan mis problemas infinitos, sino que no vuelva tener la necesidad de ellos, pues son el resultado de un error viejo no tenido en cuenta y sin consecuencias. Por fin puedo hablarle al Padre-: “Tu gracia me es dada. La reclamo ahora. Padre, vengo a Ti. Y tú vendrás a mí que te lo pido, pues soy el Hijo que Tú amas”. -Por la mañana, en la noche y entre horas.

joseluis