“Sólo hay una vida y ésa es la vida que comparto con Dios”. -Pensar que la vida que llevo la comparto con Dios, es hacerle cómplice de las barbaridades y finalmente de la muerte. Será otra vida que desconozco-. “En este mundo parece haber un estado que es opuesto a la vida. Tú lo llamas muerte”. -En efecto, así es y describe la muerte-: “Es la idea subyacente a todos los sentimientos que no son de suprema felicidad. Todo pesar, sensación de pérdida, ansiedad, sufrimiento y dolor, e incluso el más leve suspiro de cansancio, cualquier ligera incomodidad o fruncimiento de ceño, dan testimonio de la muerte. Por lo tanto, niegan que vives”. -¡Nunca lo había visto así, toda mi vida conocida es pura muerte y no vida!-
“Tú crees que la muerte sólo tiene que ver con el cuerpo. Sin embargo, es sólo una idea”. -Y me lleva a su origen-: “Es el pensamiento de que estás separado de tu Creador”. -¡Ah Dios mío! Ahora puedo comprender que la única vida esté también junto a Él. Y de la otra regida por la muerte me dice-: “Lo que parece morir no es sino la señal de que la mente está dormida”. -Prosigue-: “Lo que parece ser lo opuesto a la vida es meramente un sueño”. -Así será; un sueño loco nada más-. Me siento pillado en un cepo que se llama muerte. Algo que no tiene base real pero que me tiene atrapado. Y me propone: “Hoy no pediremos la muerte en ninguna de sus formas”. -Es decir; no aceptaremos ninguna clase de sufrimiento-. “Hoy procuraremos mantener santo su hogar tal como Él lo estableció… entenderemos que sólo hay una vida, y ésa es la vida que compartimos con Él…” -Lo repetiré frente a lo que hoy me acose. Y para animarme leo-: “La mente que duerme no puede sino despertar según ve su propia perfección...” -En Tu Palabra confío, que ni entiendo-. “Sólo hay una vida y ésa es la vida que comparto con Dios”.
joseluis
Despertando…
Mantenerme despierta en el correr del día