Soy tal como Dios me creó”. -Todo mi desastrado mundo está construido negando esa verdad-. “Sólo con que mantuvieses este pensamiento fijo en la mente, el mundo se salvaría”. -No obstante qué poco peso tiene para mí!- “A medida que avances tendrá cada vez más significado para ti”. -Me conmueve la promesa de que su uso es lo que le conferirá la fuerza que contiene-. Estas palabras son sagradas, pues son las que Dios dio como respuesta al mundo que tú construiste. Con ellas éste de­saparece, y sus vanas ilusiones se desvanece cuando se pronuncian, pues proceden de Dios”. -Mueve toda mi determinación-.

Santo es en verdad aquel que las hace suyas; que se levanta con ellas en su mente, las recuerda a lo largo del día, y por la noche se las lleva consigo al irse a dormir”. -Es una norma para vivir aquí, y eso continuaré haciendo-. “Sus sueños son felices y su descanso asegurado, su seguridad es indudable y su cuerpo goza de perfecta salud porque duerme y despierta con la verdad en todo momento”. -¡Qué consuelo encuentro en estas palabras y cuánta verdad! Pueden sacarme de la cotidianidad y colocarme en la gloria por un instante. Quiero ponerme con ello-.

Tu práctica de hoy es muy simple. “Las palabras de hoy son poderosas y no necesitan pensamientos adiciona­les para poder producir un cambio en la mente de aquel que las utiliza”. -Solo repitiéndolas, y eso hago, sostenerlas en mi mente mientras veo pasar las imágenes de mi cotidianidad que quedan negadas al escuchármelas, me alivio por un momento-. “Así aprendes a pensar con Dios”. -Un buen rato esta mañana y otro tanto a la noche-. “La visión de Cristo ha restaurado tu vista al haber rescatado tu mente”. -Y las traeré a mi conciencia cada hora-. “Soy tal como Dios me creó”. -Para dispar la noche y ahuyentar la oscuridad-.

joseluis