“Hoy aprendo a dar tal como recibo”. Y me quedo expectante ¿Qué es lo que he recibido? -Me contesta-: “El conocimiento de que eres una mente dentro de otra Mente, libre de pecado y exento de miedo al haber sido creado por el Amor”. -Me asegura que este conocimiento no lo puedo perder pues vivo mediante él, ni compartirlo, todos lo tienen, y no es algo aprendido, se nos dio en la creación. Es un experiencia que dice igualmente que se nos reveló-;Ésta se reveló en el momento señalado. -Prosigue con lo que podemos obtener de ella-: La visión, no obstante, es su regalo. Esto es lo puedes dar directamente, pues el conocimiento de Cristo no se ha per­dido, toda vez que Él tiene una visión que puede otorgar a cual­quiera que la solicite”. -La visión de Cristo es lo que podemos pedir y compartir-.

Y continúa: “La visión de Cristo está regida por una sola ley. No ve el cuerpo, ni lo confunde con el Hijo de Dios. Contempla una luz más allá del mismo; una idea más allá de lo que puede ser palpado; una pureza que no ve menguada por errores o por sueños de pecado”. -Me cautiva… Me dice que para alcanzarlo se debe enseñar. Una condición-: Lo único necesario es reconocer que el mundo no puede dar nada cuyo valor pueda ni remota­mente compararse con esto”.

-¿Cómo empiezo?- : No viendo a nadie como un cuerpo y saludar a todos como al Hijo de Dios, reconociendo que es uno contigo en santidad”. -¡Qué duro me parece!- “La visión de Cristo tiene el poder de pasar por alto los pecados”. -Dame pues la visión que me ofreces a cambio de lo que actualmente veo y persigo como si fuera cierto y ventajoso para mí-. “No es difícil si recuerdas que en tu hermano te ves a ti mismo”. -Y la ofreceré para sostenerla en la mañana, la noche y al comienzo de cada hora-.

joseluis.