“Camino con Dios en perfecta santidad”. -Me escucho al oído como un despertador, como un recordatorio de mi naturaleza y me quedo estupefacto. No es eso lo que aparenta, pero la verdad no se sostiene por apariencias sino por su propia consistencia-. “Las ideas no abandonan su fuente. Si esto es verdad, ¿cómo ibas a poder estar separado de Dios? ¿Cómo ibas a poder caminar por el mundo solo y separado de tu Fuente?”. -Me gusta ver como cada mañana me sobrepongo a mis propias contradicciones. Así debe ser mi paso por mi mundo de sueños: perfectamente acompañado por Dios y en santidad. Lo parezca o no-.
E incide de nuevo: “No puedes caminar por el mundo separado de Dios, porque no podrías vivir separado de Él”. -Agradezco la cordura, y prosigue-: “Él es lo que tu vida es. Donde tú estás Él está”.¡-Cómo vivir al margen de la verdad y no estar loco!- “Hay una sola vida. Ésa es la que compartes con Él. Nada puede estar separado de Él y vivir”. -Una y otra vez hasta que abandone mi anestesia-. “Hay una luz en ti que jamás puede extinguirse y cuya presencia es tan santa que el mundo se santifica gracias a ti”. -Tengo que sostener esta presencia-. “El acercamiento a Dios se avecina. Y en el pequeño espacio de duda que todavía queda, es posible que pierdas de vista a tu Compañero y que lo confundas con el sueño ancestral e insensato que ya pasó”. Nada más.
Pregúntate -me dice-: ¿Quién camina a mi lado? –Y escucha la respuesta de Dios hablando por ti cuando repitas-: “Camino con Dios en perfecta santidad. Ilumino al mundo, ilumino mi mente, así como todas las metes que Dios creó una conmigo”. -Siento su potente cuchilla cortando la consistencia de mis pecados. Para mis prácticas de mañana y noche, y entre horas-.
joseluis.