“Todo lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy”. -¡Qué frase enigmática y rompedora! ¡Que contraria a lo que tengo aprendido! Pero qué alivio decírmela-. “Si creyeses lo que la idea de hoy afirma, no te resultaría difícil perdonar completamente…” -Éste es el camino, porque ya no son para mí los demás completamente extraños, ni están separados ni su actividad y pensamientos me son ajenos como antes. Algo en mí está cambiando. Insistiré-.
“El verdadero perdón, que es el medio por el que se alcanza la salvación, no puede sino sanar a la mente que da, pues dar es recibir”. -Siento que me acabará gustando, aunque estoy muy alejado aún-. “Vas a necesitar ayuda para poder entender esto, ya que es una idea completamente ajena a los pensamientos a los que estás acostumbrado. Mas la Ayuda que necesitas ya está aquí. Deposita tu fe en Él hoy, y pídele que esté contigo a la hora de practicar con la verdad. Y si sólo logras captar un pequeño atisbo de la liberación que reside en la idea que practicamos hoy, éste será ciertamente un día glorioso para el mundo”. -¡Cómo me gusta que me recuerden que se trata solamente de pedir ayuda para comprender lo “incomprensible”-.
-Me pide dos sesiones de quince minutos para hoy-: “Mientras estás en silencio, aíslate del mundo que no comprende esto, y busca amparo… Repite la idea de hoy, y pide poder entender lo que realmente significa. Estate dispuesto a dejarte enseñar”: -Padre, quiero comulgar con esta hostia bendita que me ofreces, en los casos sencillos y los difíciles. Y tan a menudo como pueda me lo recordaré-: “Todo lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy. La Ayuda que necesito para comprender esto está conmigo ahora. Y confiaré en Él plenamente”. -Como comulgando-.
Joseluis
Gracias, Gracias