“La verdad corregirá todos los errores de mí mente”. -Una revolución se produce en mi mente al repetir conscientemente la frase. Parece como si todo lo que contuviera fuesen errores y me conmuevo- Allí donde la verdad ha hecho acto de presencia los errores desaparecen”. -Pero primero se revuelven asustados, eso me está pasando a mí-.

¿Puedes imaginarte un estado mental sin ilusiones? Trata de recor­dar un instante en el que nada perturbó tu paz y te sentiste seguro de ser amado y a salvo. Imaginarte cómo sería si se pudiera extender hasta el final del tiempo y la eternidad. Deja que la sensación de quietud que sentiste se multiplique cien veces, y luego cien veces más. Entonces tendrás un atisbo del estado en el que tu mente descansará una vez que haya lle­gado la verdad”. -Sin ilusiones no es posible el miedo, la duda o el ataque, porque al llegar la verdad desaparece mi creencia en lo efímero-.

“Cuando la verdad llega no se queda un rato para luego desaparecer o convertirse en otra cosa. Permanece como siempre fue, de manera que podamos contar con ella en caso de necesidad.  Cuando llega trae en sus alas el don de la perfecta constancia. He aquí el don de la curación”. -Y según leo, me voy aproximando a donde necesito llegar; a la necesidad de sustituir todo lo que ocupa mi mente por la verdad, se revolucione o no-.

Repetiré la frase de la mano de mi Guía: “La verdad corregirá todos los errores de mi mente, y descansaré en Aquel que es mi Ser”. Dejándome llevar hasta el lugar prometido donde se suspende el miedo. Hasta que la revolución de mi mente se acalle y sea sustituida por la paz que alumbra la verdad que apelo.

Joseluis