Mis primeros cinco minutos: “La luz la dicha y la paz moran en mí”. -Y cesa mi alocada actividad cerebral escuchándolo, esta frase contradice mi inestabilidad, la niega. A pesar de la intensidad de lo que me rodea, me aplaco. Me habla de un reducto de seguridad que puedo visitar. Y me recreo con el eco que deja en mi cabeza, mientras lo aplico a las circunstancias amenazantes que van pasando por mi mente durante mi práctica-.
“Soy la morada de la luz, la dicha y la paz”. -Continúa apoyándome-. “Les doy la bienvenida a la morada que comparto con Dios, porque formo parte de Él”. -Y puedo apagar la radio de mi mente por un momento para escuchar sólo esta noticia que me calma ¡Ayúdame Padre a oír sólo tu Voz, a darle crédito sólo a Ella!-.
Para la segunda hora: “Soy tal como Dios me creo”. -¿Cómo vivir al margen de esta afirmación? ¿Quién me dijo que podía cambiar la creación? ¿Cómo obviar lo obvio? ¿Cómo negar la calidad de mi herencia? Pero lo hago. Todo lo que veo niega mi ser y las características de mi creación, pero no mi razón. A ella me agarro. Debo tener un problema en la vista-.
Y sigo-. “He de ser eternamente como siempre he sido, al haber sido creado por el Inmutable a Su Semejanza”. -Me voy quitando pesos de encima según dejo que la verdad que contiene se abra paso entre el marasmo de pensamientos que ocupan mi mente tratando de negarla-. “Soy uno con Él, así como Él es uno conmigo” -Sólo jugando puedo sostener estas afirmaciones, porque sólo jugando puedo quitar importancia al ceñudo mundo que parece que me atrapa-.
Hoy me quedaré en ese juego que me alivia, reconociéndolo como mío, como propio, de mi estirpe. Y lo recordaré a cada rato para sostener la ventaja que me proporciona… Con Tu ayuda-
joseluis.
la luz, la dicha y la paz moran en mí, soy tal como Dios me creó. gracias, Gracias Jose Luis,