“Mis pensamientos no significan nada”. Me suena la idea de hoy. Ya me voy acostumbrando a esto de que nada de lo que estimo y me fundamente tenga significado alguno, hoy, además me dice, que lo que pienso no son mis pensamientos reales. Vaya, en la misma línea, que cuando creo que pienso, lo que hago, es pensar que pienso nada más. Para volverse loco, pero sigo porque estoy esperanzado y al contrario de lo que parece, me gusta. En lo que ahora estamos haciendo hincapié es en el hecho de que la presen­cia de esos “pensamientos” significa que no estás pensando en absoluto”. -Como te digo, que mi mente está en blanco ¡Quién lo iba a decir!-. “Reco­nocer esto es lo mismo que reconocer la nada cuando piensas que la ves”. -Ya lo creo, un disparate- “Como tal, es el requisito previo para la visión”. – Me pongo de su parte-.

Hoy comienzo con los ojos cerrados repitiendo: “Mis pensamientos no significan nada”. Y a continuación, de apoyo: “Esta idea me ayudará a liberarme de todo lo que ahora creo”. -Prosigue diciéndome-: “Escudri­ña tu mente en busca de todos los pensamientos que puedas encontrar, sin seleccionarlos ni juzgarlos. Trata de evitar cual­quier tipo de clasificación. De hecho, si te resulta útil, puedes imaginarte que estás viendo pasar una procesión compuesta de un extraño repertorio de pensamientos que tienen muy poco o ningún significado personal para ti. A medida que cada uno de ellos cruce tu mente, di: Mi pensamiento acerca de _____ no significa nada”.

            Me dice que puedo usarla con cualquier pensamiento que me atormente, que puedo desactivarlo con ella: Este pensamiento que me atormenta sobre… no significa nada. Tomo nota. Cinco veces hoy, cinco veces que me reparto ahora.

joseluis