“Mi cuerpo es algo completamente neutro”. Si es neutro ¿Cómo no lo siento así? Si lo fuera no podría tener hambre, frío, miedo, dicha, enfermar o morir ¿Querrá decir que lo modifico porque quiero sentir que soy otra cosa? Debe ser porque sigue diciéndome-:“Eres un Hijo de Dios. ¿Cómo ibas a poder ser también otra cosa?” -Me gustan estos giros hacia la cordura- “¿Acaso creó Dios lo mortal y lo corruptible? ¿De qué le sirve al bienamado Hijo de Dios lo que ha de morir?” -Ahí, firme, corrigiendo mi mente-.

“Sin embargo, lo que es neutro no puede ver la muerte, pues allí no se han depositado pensamientos de miedo, ni se ha hecho de ello una parodia del amor”. -En efecto, no puede ser sujeto de la muerte si no contiene restos de miedo. Vuelve a decirme que es un instrumento sin voluntad, como unas simples tenazas, una escoba o una bicicleta- “La neutralidad del cuerpo lo protege mientras siga siendo útil”.- Igual que estos instrumentos. Más fácil si lo veo así-. “Una vez que no tenga ningún propósito, se dejará a un lado. No es que haya enfermado, esté viejo o lesionado. Es que simple­mente no tiene ninguna función, es innecesario, y, por consi­guiente, se le desecha”. -¡Qué lejos de lo que vivo!- “Haz que hoy no vea en él más que esto: algo que es útil por un tiempo y apto para servir, que se conserva mientras pueda ser de provecho, y luego es reemplazado por algo mejor”. -Lleva mi mente a ese lugar, sin ilusiones que me aferren a él. –

            “Mi cuerpo, Padre, no puede ser Tu Hijo. Y lo que no ha sido creado no puede ser ni pecaminoso ni inocente; ni bueno ni malo. Déjame, pues, valerme de este sueño para poder ser de ayuda en Tu plan de que despertemos de todos los sueños que urdimos”.– Padre, corrige mi mente-.

joseluis.